miércoles, 25 de septiembre de 2013

GASTON



Se trababa entre sus piernas al hacerse mayor y no le importaba demasiado salir a la calle, aunque estuviese llena de gente. Se enrojecia su rostro, y daba palmas cuando los demas se reian de él.

Llamaba a voces, acalorado al verlos llegar y reprimia su ansia al mirarlos a la cara.

Una vez mas, un gotear incesante salpicaba su ropa, tintineando al caer al suelo, como cascabeles diminutos que se deshacian formando un charquito humeante para empezar a serpentear calle abajo en una senda salada que se iba secando pasados unos metros, y revolviendose, encogiendo los hombros al tiempo que arrugaba su frente, esbozaba una sonrisa que servia para expresar su falta de culpa y su alegria de sentirse allí, donde queria estar, donde se encontraba feliz, con sus garabatos en las fachadas, con sus latas encordadas, con sus aceras negruzcas y el gris de los tejados.
Todo alli era pálido; el olor y los sonidos cargaban de argamasa el ambiente.

Todo menos él. 


3 comentarios:

Dyhego dijo...

Churricos:
No termino de comprenderlo. Lo siento.
Salu2.

churricos dijo...

Amigo Dyhego...
No lo sientas, o mejor, siéntelo.
No tiene porqué entenderse todo.
Un abrazo!

Granito dijo...

Eso es, si lo entiendo (porque lo interpreto) no lo siento. Si lo siento (y no lo entiendo) es cuando me desentiendo y... ¡lo vivo!.

Un abrazo Dyhego y churricos.
Pedro