jueves, 21 de mayo de 2009

Auryn


...sobresaltado, antes de que entrase luz por la ventana, miró a su alrededor y solo pudo ver la penumbra de la noche. Las chispas que hay en nuestros ojos cuando los abres después de que hayan estado cerrados durante mucho tiempo.
Con la mano izquierda retiró la sabana de su cuerpo, y dejó salir la pierna derecha de la cama.
Su pié toco el suelo.
No estaba frió.La tarima le daba a la habitación una calidez que era de agradecer en las noches de invierno.
Lentamente, se incorporó, y se sentó al borde del colchon con los dos pies en el suelo y los antebrazos apoyados en los muslos. Los hombros agachados, sus manos cogidas, y su cabeza mirando hacia abajo, intentando racionalizar lo que había pasado hacia solo un instante.
Nada.
Ningún ruido, ningún indicio de algo anormal.
Pero en su mente seguía es sensación de angustia, de desazón. Ese malestar provocado por la rotura de la serenidad del placentero sueño en el que se encontraba hacia tan poco tiempo...y esa imagen... esa cara...
Poco a poco, la vista se iba acostumbrando a la poca luz que había en la estancia, y empezaba a distinguir las siluetas de los objetos de la habitación. A su derecha, en la mesilla de noche, el telefono movil enchufado a su cargador, el cordón del que colgaban las llaves y el mando de la alarma...el mando de la alarma...¿se había acordado antes de acostarse de conectar la alarma? estaba convencido de que había sido así. Era un habito mecánico. Todas las noches, al meterse en la cama, alargaba su mano derecha y pulsaba el botón de conexión. Pero como todos los actos mecánicos, se acababa convirtiendo en algo que, en ciertas ocasiones no recordaba si había hecho o no. Alargó su mano derecha, y oprimió el botón.
Ningún sonido.
Esperaba oír el bip, bip, bip, que hubiera sido la señal de su olvido,pero no oyó nada, con lo cual, la alarma estaba conectada.
Tenia la boca seca, necesitaba beber algo de agua y se puso de pié.
Se encaminó hacia la entrada de la habitación para dirigirse a la cocina, y justo antes de salir, se percató de que no había desconectado la alarma. Se dio la vuelta, llegó hasta la altura de la mesilla de noche, donde estaba el cordón con las llaves y el mando, y alargó su dedo índice pulsando el botón de desconexión.
Dando media vuelta se encaminó de nuevo a la puerta del dormitorio, pero antes de cruzar el umbral algo le sobresaltó. Un escalofrío le recorrió desde la nuca hacia la mitad de la espalda, erizándosele el vello de los brazos. Sintió una presencia detrás de él que se acercaba y se colocaba a milímetros de su nuca. Podía sentirlo, casi notaba su respiración pegada a su cuello. Lentamente, se dio la vuelta, y pudo ver, a un hombre exactamente igual a él, anvanzando hacia la puerta del dormitorio, y unos pasos mas atrás, otro hombre, su copia exacta, sentado en la cama, alargando la mano para pulsar el botón de la alarma, y a solo unos centímetros de este, en la cama acostado, a otro igual, con los ojos abiertos, mirando al techo, sobresaltado, y a lado suyo, a otro, durmiendo, de lado, respirando agitádamente, dando la a sensación de que se despertaría de un momento a otro. No podía dar crédito a lo que veía. Con pasos silenciosos, se acercó al hombre que dormía agitadámente, y sin poder ocultar su sorpresa, acercó la mano a su cara, rozándola levemente. En ese instante, el hombre que era igual a él, que dormía agitádamente, abrió los ojos y le vió. Despertándose...sobresaltado

4 comentarios:

Dyhego dijo...

Vas camino de ser el nuevo Allan Poe.
Salu2

una pez payaso dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
maite mangas dijo...

Pero qué bueno Churricos, ¡cómo me ha gustado!.
Un saludo.

churricos dijo...

Gracias a todos, vuestras palabras me ponen "colorao". Creo que es más como lo leeis, que como lo escribo.

Un saludo, terrestre y marino.